Una de las cosas que más me sorprende cada vez que estoy en el montaje de una feria en Brasil es la ausencia de pintores. El proceso de pintura de los stands se considera sucio y engorroso, por lo que la alternativa más habitual es forrar paredes, fachadas y otros elementos del stand con lo que ellos denominan napa.

Se trata de una especie de cuero sintético con multitud de posibilidades en cuanto a colores y acabados, y con el que lo envuelven prácticamente todo. Se podría decir que aquí en Brasil tapizan sus stands.

Aunque algunos analistas aseguran que este país en el que me encuentro está perdiendo fuelle y que de seguir así las cosas en diez años perderá el liderazgo económico en Latinoamérica para dejarlo en manos de México, lo cierto es que por el momento la economía brasileña (la séptima del mundo en PIB) y en especial algunos de sus sectores siguen creciendo año tras año.

Este ritmo creciente a lo largo de los últimos años se ha trasladado al mercado brasileño de ferias y eventos de negocios, que continúa también creciendo a un ritmo paralelo. Los principales centros de exposiciones, ferias y convenciones del país se encuentran prácticamente a pleno rendimiento durante todo el año.

Dadas las enormes dimensiones de Brasil, las empresas tanto nacionales como internacionales saben que las ferias son una herramienta fundamental y rentable para los negocios en el país, así como para su promoción comercial.

A nosotros nos ha traído hasta Sao Paulo el montaje de un stand que estamos llevando a cabo con un partner local. Nuestro cliente ha tenido la osadía (¿o deberíamos decir el acierto?) de asistir a una feria en Brasil dedicada al sector de la construcción. Pocas veces hemos visto a un expositor tan satisfecho con el resultado de una Feria. Eso sí, su mentalidad europea le ha hecho pedirnos que por el momento nosotros no le tapicemos su stand.