El mes pasado asistí a una feria, en uno de los stands había una caja negra bastante grande colgada del techo que caía por debajo de la altura de la cabeza de las personas. Tenia un agujero en la parte inferior, para meter la cabeza por él. Llamaba la atención, era curioso un objeto tan grande con el que te chocabas en medio del stand y además picaba la curiosidad de que habría dentro de la caja, de que veríamos o que pasaría al  meter la cabeza por el agujero inferior.

¡Que chulo! pensé, un stand que me ha llamado la atención, que ha captado mi curiosidad y que propone una acción que me apetece hacer, eso no ocurre con todos los stands, así que me dispuse a meter la cabeza en aquel gran cubo negro llena de emoción por descubrir con que me iba a encontrar, cual fue mi decepción cuando meto la cabeza y lo único que veo, en los cuatro laterales interiores del cubo, son imágenes de los productos que la empresa expositora vendía, ¿que? pensé, me han tomado el pelo, ¿que clase de experiencia era eso? desde luego eso no era eso lo que esperaba, ni yo, ni toda las personas que esperaban ansiosas descubrir el contenido del cubo.

En un stand es muy importante buscar la experiencia, que el visitante haga algo, participe, interactúe, sienta, aprenda, se divierta, en resumen, que le hagamos vivir una experiencia que haga que al final del día, después de haber pasado por cientos de stands, se acuerde del nuestro y tenga un sentimiento positivo hacia nuestra empresa. Para ello debemos crear y planificar una acción, en función de lo que queramos lograr. ¿Qué queremos que los visitantes hagan después de pasar por nuestro stand?, esa es la clave, saber qué queremos obtener, y planificar la experiencia de nuestro stand para alcanzar nuestro fin. No se puede pensar una acción simplemente porque queremos que la gente se pare en nuestro stand o porque sabemos que lo que hace que un stand sea memorable es precisamente que el visitante haga algo.

La empresa de la caja negra sí logro que me acordara de su stand al final de la feria, pero desde luego no que tuviera un sentimiento positivo hacia ella, si no todo lo contrario. Es evidente que no pensó en lo que quería que hiciera tras mirar dentro de su caja negra por que directamente me fui de allí.

Debemos pensar primero que acción queremos que la gente que pase por nuestro stand tome y en función de eso planificaremos una experiencia cuyo resultado sea que los participantes tomen esa acción que deseamos.

Para lograr ese resultado tenemos que centrarnos en los visitantes.